23 enero 2008

The first test

Querida jefita:

Ya sé que no te gusta que te diga así, pero a la distancia no me puedes regañar, además, créeme que cualquier castigo seria insignificante comparado con estar acá. Todo va bien hasta hoy, aprovecho unos momentos en esta noche para escribirte, la verdad, estoy exhausto, las jornadas durante el día son largas, pesadas, y por las noches, a pesar del cansancio, pocos pueden conciliar el sueño.

Justo en este momento, a lo lejos se escucha una explosion, ya no sabemos de que se trata, una bomba casera, o fuego de artilleria, aunque hay algunos que han llegado a educar su oido tan finamente que pueden distinguir si el silbido del disparo de una bala viene de un rifle nuestro o del enemigo, yo no me he interesado tanto en ese extranio arte, es como si viviera en un estado de negacion, y una bala es una bala, venga de donde venga.

Durante las noches en que me toca montar guardia